¿Deberia OS X cambiar al estilo Windows 8?
El sistema operativo de escritorio de Apple lleva
muchos años evolucionando lentamente, puliéndose y mejorando, pero
siempre partiendo de las mismas bases. Sin embargo, a finales del 2012
su máximo rival, Windows, se atrevió con un cambio radical en toda su
interfaz y funcionamiento, motivada principalmente para adaptar la
plataforma a las pantallas táctiles. La pregunta que se plantea es si
los chicos de Cupertino deberían tomar ejemplo, y lanzar un nuevo OS X
rediseñado desde las bases.

El año pasado Microsoft lanzó Windows 8,
una versión que representaba un cambio absoluto respecto a lo que
resultaba tradicional en el sistema. En realidad, el motivo último era
hacerlo amigable para un uso con los dedos y así competir en el mercado
de las tablets, pero la compañía no se conformó con realizar las modificaciones más o menos imprescindibles, e innovó prácticamente en cada aspecto de la experiencia de usuario. A día de hoy está a punto de salir la primera gran actualización, y me parece un buen momento para plantearnos si la marca de la manzana mordida no debería seguir el mismo camino con OS X.
Y es que el software que corre en los Mac
actuales data de hace más de diez años y, aunque ha disfrutado de
numerosas mejoras e inclusión de muchas características novedosas, las
bases de la interfaz y del funcionamiento general siguen igual. Se trata
de un paradigma de sistema operativo probado, que ha
funcionado durante mucho tiempo y que agrada a los usuarios. Por eso
mismo resulta bastante aburrido a día de hoy, a pesar de la gran
cantidad de detalles curiosos que ha ido incorporando de iOS, y empieza a verse agotado.
¿Sería bueno un cambio de planteamiento radical? No cabe duda de que sí, en una industria en la que la innovación resulta clave, nunca está de más lanzar algo nuevo.
Pero no se puede poner patas arriba el sistema sólo por las ansias de
lavarlo de cara. Hay que tener una buena idea, trabajar duro en un nuevo
concepto de usabilidad, crear una experiencia no sólo novedosa, sino
también práctica. Algo que se puede hacer, pero que requiere trabajo,
tiempo y ganas de hacer una inversión grande, todo lo contrario de lo
que representan las últimas versiones de OS X, basadas en pequeñas mejoras acumulativas.
Apple es una empresa capaz
de revolucionar los sistemas de operativos de escritorio, seguramente
con mucho más éxito que Windows 8, que estaba más bien concebido para
dispositivos móviles. Pero la mayor parte de los ingresos de la compañía
no provienen ahora de la gama Mac, sino del iPad y del iPhone. Aparte de eso, los chicos de Cupertino sufren la presión de lanzar los tan rumoreados iWatch e iTV,
proyectos muy ambiciosos. Por lo, sencillamente, no creo que tengan
interés en realizar la ambiciosa tarea de cambiar radicalmente OS X,
sobre todo considerando que los usuarios no le achacan actualmente
ninguna carencia grave.
¿Qué opinas del tema? ¿Te gustaría que OS X disfrutara de una
renovación profunda, o crees que a día de hoy no necesita cambios de
gran calado?



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